LOS NUEVOS ALFABETISMOS EN EL SIGLO XXI: Desafíos para la escuela
La adopción del término "alfabetización" en el contexto de "Nuevos Alfabetismos" no ha sido bien recibida por todos, ya que dependiendo de la ideología, el término puede parecer bien o mal empleado; sin embargo, debido a que esto sigue la corriente ideológica de que el mundo se ve y actúa textualmente, el término tiene más ventajas o afinidades que desventajas.
La idea de "Nuevos Alfabetismos" surge debido a la necesidad del aprendizaje como método que engloba tanto la lectura y escritura como las nuevas tecnologías y la participación e inclusión de los individuos.
Esta transformación de "Alfabetización Básica" a "Nueva Alfabetización" se puede observar desde un punto de vista histórico, ya que en los inicios de la misma, se usó como eje principal las "Tres R´s", que fueron tomadas de las siglas en inglés Reading, wRiting y aRithmetics; sin embargo, debido al avance tanto del mundo en general como de las necesidades en el ámbito académico para enfrentar en la vida cotidiana, se vio la necesidad de transformar el modelo básico para mantenerlo útil y vigente en las nuevas generaciones.
Cuando hablamos de alfabetización nos referimos a la necesidad de aprender lenguajes, y estos lenguajes no son solamente, ni deben serlo, los del lenguaje oral u escrito, porque las nuevas alfabetizaciones proponen expandir la metáfora de la lectura y la escritura a un paisaje textual que ha sido profundamente transformado. En una reflexión que abarca la enseñanza de la lectoescritura en diferentes campos tales como: la matemática, la informática y los medios, se señala que las nuevas prácticas de alfabetización hacen referencia a la capacidad de leer y escribir distintos tipos de textos, signos, artefactos, matices e imágenes a través de las cuales nos vinculamos y comprometemos con la sociedad en un sentido amplio (Lankshear & Snyder, 2000).
Hay que señalar que la escuela elemental fue tradicionalmente pensada como el ámbito donde se transmitirían los conocimientos básicos necesarios para la vida en sociedad. Estos contenidos básicos fueron definidos desde diversas perspectivas: contenidos para la formación moral, contenidos para el trabajo, contenidos para la ciudadanía, entre otros.
¿Qué es lo que hoy debe ser parte de una escolaridad básica?
Creemos que hay por lo menos dos ampliaciones que producir: por un lado, en la manera en que consideramos a los saberes básicos tradicionales que enseñó la escuela; por otro lado, en la misma idea de “alfabetizaciones básicas”, que debería ampliarse para incluir los saberes, relaciones y tecnologías que hoy son dominantes en nuestra sociedad, y formar a las nuevas generaciones para que puedan vincularse con ellas de formas más creativas, más libres y más plurales. Actualmente, la enseñanza de la lengua y la literatura busca acercarse a las situaciones reales de comunicación, jerarquiza el lugar de la oralidad, y promueve formas menos rígidas de enseñanza, que plantean trabajos en grupo, interacciones directas entre los alumnos, y autocorrecciones o evaluaciones de los pares.
La escuela, ya sea enseñando el lenguaje, la pintura, el cine, la televisión o los nuevos medios, debería poder ayudarnos a poner en juego otras formas de relacionarnos con el mundo, y en eso quisiera incluir especialmente a la relación más libre con una tradición.
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